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Critica a la teoria del capitalismo dependiente

               

Orígenes y consecuencias en lineamientos políticos desviacionistas de la izquierda

El concepto de "capitalismo dependiente" es totalmente erróneo ya que, de entrada, simplifica la categoría del modo de producción al fusionarlo con la del sistema socioeconómico. Al igual que los socialdemócratas en América Latina, sus divulgadores no diferencian a los terratenientes (dueños de latifundios de origen precapitalista y que conservan un sistema de dominación gamonal) de la burguesía -llaman a los terratenientes burguesía terrateniente-De esta manera hacen desaparecer la contradicción entre la propiedad territorial y el capital, haciendo a un lado las diferencias entre lo que es un terrateniente y un burgués dentro del sistema de dominación actual. El origen político concreto de esta teoría se da en el seno del PCUS en los años 66/67, cuando surgió una fuerte corriente antikruschoviana encabezada por quien había sido Secretario General del Komsomol: Shepelin. Fue pieza clave para la liquidación de Beria y el defenestramiento posterior de Kruschov, así como en la instalación de Leonid Brezhnev como Secretario General. Esta corriente realizo una elaboración teórica que oxigenara la llamada vía pacifica al socialismo: La teoría del capitalismo dependiente. Theotonio Dos Santos, Fernando Henrique Cardozo, Enzo Faletto, y, actualmente, José Natanson, al embellecer a los terratenientes terminan embelleciendo al capitalismo. ¿Como es esto? Convirtiendo sus contradicciones en armonías por negarlas. Al hacer a un lado la contradicción que existe en el seno del capitalismo entre la propiedad territorial y el capital, hace n desaparecer también la contradicción entre la renta y la ganancia, que se rigen por leyes completamente distintas.
Lo que define a un sistema son las relaciones de producción (las relaciones de propiedad forman parte de ellas. La forma institucional puede variar, no necesariamente tiene que ser privada e individual, sino también publica y colectiva). Con esto creemos dejar en claro que el capitalismo puede existir en diferentes formas propietarias, incluso estatales. La diferenciación entre los países dependientes con predominancia feudal o semifeudal y aquellos en los que predominan relaciones de propiedad precapitalistas estancadas por el latifundio, son un tema teórico central para no caer en simplificaciones o mecanicismos. En Argentina, el latifundio es la base del poder terrateniente asociado al capitalismo burocrático que "relaciona" al país con los imperialistas, pues necesita de ellos para su subsistencia y desarrollo. Así, por ejemplo, Cristina Fernández viaja a China junto a Franco Macri (eminencia histórica de la burguesía burocrática argentina) para reinsertar en el mercado asiático la monoproduccion sojera de los terratenientes. De esta manera el latifundio sojero de los terratenientes constituye de por si una remora, un estorbo, que condiciona y deforma el desarrollo del país. El gran problema de la economía argentina es que en sus 200 años nunca ha realizado una reforma agraria, habiéndose producido una extraordinaria concentración y centralización monopolica que reduce a pocas manos (Anochera, Lezica, Pereyra Iraola, los Alvear, etc.) el control del mercado interno. El origen feudal inmodificado de estos latifundios hace que, dentro de relaciones precapitalistas, subsista el gamonalismo: Relaciones de yugo en estancias y fincas, puestos, aparceros, contratistas de producción vitícola en la región del Cuyo y frutícola en el Litoral, arrendamientos, etc. No podemos eludir la realidad con teorías generales y totalizadoras sobre el desarrollo capitalista.
La teoría del "capitalismo dependiente" se impuso en la reunión de "Partidos Comunistas" de América Latina realizada en La Habana en 1975. Tanto el PCA como el autodenominado maoísta PCR, aplican en la actualidad esta teoría como parte integral de su línea política. Desde el conflicto ínter burgués por la aprobación o derogación de la Ley 125, que aplicaba retenciones segmentadas a los productores agropecuarios, ambos partidos (haciendo a un lado las sectas trotskistas) asignan de distinto modo a sectores abloquelados de la burguesía un papel progresista, en una clara demostración de seguidísimo a las clases dominantes. El PCA adhirió a la concepción de capitalismo dependiente en su tan alabado XVI Congreso (que lo llevo tiempo después a alianzas electoraleras con grupos trotskistas - Frepu, Izquierda Unida- por, entre otras cuestiones, coincidencias en este plano). Hablan de "Liberación Nacional" mediante reformas, con el pretexto de que hay que esperar las condiciones subjetivas para dar el salto revolucionario al socialismo. Este es el punto central para comprender su asignación de una supuesta potencialidad revolucionaria a los sectores burgueses representados por el kirchnerismo. Hablan como si viviéramos en un país capitalista metropolitano como Francia, Alemania o Inglaterra, en los que a cada momento deben adecuarse con consignas tácticas. El PCA ha desechado la teoría leninista de revolución ininterrumpida y por etapas. Cuando las tareas de emancipación nacional están vigentes y las tareas democráticas, sobre todo en su fase agraria, aun no han sido realizadas o llevadas a fondo, no se puede plantear que la revolución será socialista desde sus inicios. El PCR aplica una LOD (Línea Oportunista de Derecha) en el campo, donde es fuerza de choque de la Mesa de Enlace (el Frente Único que esta hegemonizado por los intereses monoprodutivos de los terratenientes). El PCR exagera la subsistencia de rasgos semifeudales en la estructura económica argentina, descentralizada durante el menemismo y con diversos grados de estancamientos. Este es el punto central para comprender la asignación de una supuesta potencialidad progresista que le otorgan a los sectores que integran la Mesa de Enlace. Incluyen a la burguesía nacional en bloque dentro de las fuerzas motrices de la necesaria revolución democrática, nacional, agraria y antiimperialista a llevar a cabo. La caracterización de capitalismo dependiente secundarias la división que hizo Lenin entre países opresores y países oprimidos, que es la división fundamental del mundo actual, independientemente de que los países oprimidos por el imperialismo  tengan relaciones sociales predominantemente feudales, semifeudales o capitalistas; confundiendo así los partidarios de dicha teoría las categorías de modo de producción, formación socioeconómica (en la que coexisten varios modos de producción, siendo uno el destacado a escala nacional) y sistema imperialista mundial, en el que existen países opresores y países oprimidos. Los teóricos del capitalismo dependiente revisan la teoría de Lenin del imperialismo. Al señalar que la dependencia -que es el carácter esencial de los países oprimidos- es solo un rasgo. Considerando oprimida la concepción leninista, posteriormente desarrollada a fondo por el Presidente Mao, dicen "golpear a la burguesía en bloque", poniendo en la misma bolsa a la burguesía burocrática y a la burguesía nacional, negando toda posibilidad de captar elementos disconformes de esta ultima para la revolución de Nueva Democracia. No analizar y no aprovechar las contradicciones de la burguesía para el impulso del proyecto de liberación nacional nos lleva  a hacer análisis ajenos a la realidad. El problema en el que caen Partidos como los anteriormente mencionados es que toman a la burguesía nacional (aquella que se opone a ser sometida por el imperialismo) en su conjunto. Como enseño Lenin y posteriormente Stalin y Mao Tsetung: La burguesía nacional juega un papel importante en aquellos países en donde se ha producido una escisión de la burguesía burocrática, pero su carácter político es dual y no participa en forma unitaria del Frente Único Revolucionario. Hay momentos en los que predomina su carácter combativo, pero esto se diluye con el tiempo. El papel de los sectores de la burguesía nacional será el de desarticular el Frente, a mediado o largo plazo, debido a su posición de clase, marchando a la contrarrevolución. Dependiendo de las circunstancias políticas concretas predominara una determinada posición en su seno. Al decir esto no hacemos un análisis economicista, sino político. La política nos ha enseñado que hay un sector de la burguesía nacional que inexorablemente es enemiga de los intereses del pueblo, y hay otro sector, antiimperialista, que debe ser neutralizado y luego aniquilado a tiempo. No somos "Montoneros", sabemos bien, por hechos históricos recientes, que la burguesía nacional es impotente para dirigir un proceso revolucionario en nuestro país. Lo que analizamos es el carácter de la revolución argentina y las posibilidades del momento en el que un sector de la burguesía nacional sea parte de la Revolución de Nueva Democracia para aislar a los reaccionarios y así ampliar los Comités Populares para la creación de Bases de Apoyo.

Conclusiones

La línea correcta no nace espontáneamente; nace y se desarrolla en el curso de la lucha y de la práctica. Hay que vivir y seguir un proceso para conocer sus leyes y adecuar la línea política. Las contradicciones tienen un proceso de desarrollo que no son fáciles de distinguir en un comienzo. Cambian los enemigos y cambian los amigos. Aquel General, Deng Chenchi; que quiso detener a Mao tsetung en 1927 y que aplasto el levantamiento popular de Nanchang obligando a Mao a refugiarse en las montañas, se transformo en aliado del Frente Único Antijapones. Formaba parte de la burguesía nacional (la línea del PCCh elaborada por el Presidente Mao para el Frente Único Antijapones esta resumida es: El problema de la independencia y la autonomía en el seno del Frente Único (Obras Escogidas de Mao Tsetung, Tomo III). En ella encontraran parte de las conclusiones presentadas por el Presidente Mao al CC del PCCh el 5 de noviembre de 1938). El mismo Chiang Kaishek, máximo representando de la burguesía burocrática ligada a los sectores imperialistas que por entonces se oponían al imperialismo japonés, no tuvo más opción que integrar el Frente Único Antijapones con el PCCh. La experiencia de la Revolución China es muy clara a la hora de definir aliados estratégicos según las circunstancias políticas y la correlación de fuerza. Si impulsados por las tesis revisionistas del capitalismo dependiente golpeamos o tomamos a la burguesía nacional en bloque, bajo las actuales circunstancias terminaremos aislados o en el seguidísimo oportunista. Si en cambio, fortalecemos al Partido en los espacios de masas, no dejamos que la burguesía nos dicte la agenda ni maneje nuestros tiempos de construcción en política y aprovechamos sus contradicciones dividiendo aun mas las aguas, generaremos un proyecto verdaderamente revolucionario en donde el objetivo, cuantitativo y cualitativo, será sumar y no ser sumados.