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  Feminismo
 
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La situación de la mujer: discriminación y cosificación

Veamos el largo camino de la evolución humana, que muestra la intima relación entre el grado de desarrollo del trabajo y el de la familia, o sea que los progresos en la producción de los medios de existencia y por ende del dominio de la naturaleza han sido acompañados por las distintas formas de familia y sistemas de parentesco. Mientras predomino la recolección de raíces y frutos, la caza y la pesca, los hombres y mujeres trabajaron por igual a excepción de sus capacidades individuales, los matrimonios eran por grupos, lo que permitía saber con certeza quien era la madre, pero no el padre, por cuanto la filiación materna y ello le daba un papel preponderante a la mujer.
Cuando el hombre fue dominando técnicas para el cultivo y perfeccionando la elaboración de sus herramientas, la familia transformo sus formas hacia matrimonios por parejas, uniones mas estables, aunque de un vinculo que cualquiera de las partes podía romper libremente. Se mantenía como sistema de parentesco la filiación materna pero como dijera Federico Engels: "Había introducido en la familia un elemento nuevo, junto a la verdadera madre, había puesto al verdadero padre". Es importante tomar debida cuenta de la relación dialéctica entre la estructura económica y las relaciones de familia y parentesco para no reducirnos a un análisis economicista, ni tampoco pecar de unilaterales considerando las relaciones de familia como "dominantes" en relación a la economía. Las tribus mas adelantadas aprendieron a domesticar, criar y guardar ganado. El ganado se reproducía mas rápidamente que la familia y el trabajo de esta ya no era suficiente. La "fuerza-trabajo humano" que no producía aun excedente sobre sus gastos de costos, pero a tener gran valor, los enemigos vencidos pasaron a ser prisioneros de guerra y a su vez convertidos en esclavos. Esta fue la primera división de la sociedad en clases, señores y esclavos, explotadores y explotados.
El encargado de cazar, se convirtió en dueño de los rebaños y los esclavos, y acumulo más bienes de los que necesitaba para su existencia. Esta situación entro en contradicción con la filiación materna, ya que las riquezas acumuladas por el padre no pasaban por herencia a sus hijos sino a sus sobrinos. La autoridad efectiva del hombre permitió abolir la filiación materna y pasar a la familia patriarcal, en la que los esclavos fueron incorporados a la Patria Potestad Paterna. Famulus: En latín esclavo domestico; familia: Conjunto de esclavos pertenecientes a un hombre. Y asi el camino hasta la forma de familia monogámica, monogamia para la mujer pero no para el hombre, la infidelidad de la mujer severamente castigada, la exaltación de la virginidad, ya que su razón de ser es la procreación de hijos que solo sean de un hombre sin duda alguna, destinados a heredarle. La abolición de la autoridad y la filiación materna fue pues una gran derrota del sexo femenino. Quedamos las mujeres asi confinadas al servicio privado para la familia, marginadas de la producción y de toda actividad social. 
En este proceso nace el Estado como necesidad de refrendar los antagonismos de clase, donde la clase mas poderosa económicamente ejerce su fuerza por medio de sus leyes, administradores, poderes militares y policiales, etc. convirtiéndose asi también en clase dominante desde el punto de vista político, creando nuevas formas de explotación de los oprimidos.
Surge asi nuestra emancipación indisolublemente ligada a la emancipación de la clase obrera, la supresión de la propiedad privada sobre los medios de producción y al fin de la explotación del hombre por el hombre, pues recién entonces estarán dadas las condiciones materiales para terminar con la subordinación y discriminación, pero aun asi será necesario seguir luchando durante mucho tiempo, quizás cientos, miles de años contra los prejuicios y la fuerza de la costumbre.
Ello hace que reflexionemos sobre cuales son  las relaciones internas dialécticas entre las mujeres y la Revolución. ¿En cuanto aportara la revolución socialista a nuestra liberación como mujeres y en cuanto dependerá esa revolución de nuestra participación? Desde el Partido Comunista Popular polemizamos con quienes creen que las mujeres iran de "arrastre" en el proceso revolucionario, y con quienes creen que la lucha contra la opresión y discriminación llega a su fin con la revolución, pues no tienen en cuenta que nosotras somos las mas interesadas en los cambios revolucionarios partiendo de las necesidades que genera nuestra condición de doblemente oprimidas, como clase y como mujeres. Esto debe comprenderlo el Partido de la clase, de lo contrario retrasara el reloj de la historia, ya sea demorándolo o retrocediendo lo avanzado como ha ocurrido con los procesos de restauración capitalista.
Nosotras las mujeres tenemos una larga experiencia de lucha, por la que hemos conquistado -para algunas- el derecho al trabajo, al voto, al divorcio, a estudiar, a utilizar la contraconcepción, pero no nos hemos liberado de la esclavitud mística. Por lo tanto el origen de nuestra opresión no era la ausencia de esos derechos, ellos pueden ser absorbidos por el sistema capitalista.
Los mitos y las ilusiones de femineidad consolidan y justifican "moralmente" la esclavitud domestica, y la función maternal, pero son muchas las trabas materiales que nos complican en la red de los actos cotidianos y hace que muchas vean una vocación o destino en la compra de pañales o el planchado de camisas.
La revolución no progresa de manera lineal sino que sigue un desarrollo desigual, por lo que debemos seguir luchando pese a la derrota que ha significado la restauración capitalista en los países socialistas y no debemos permitir que como parte de ese proceso restaurador se nos oculte que esas revoluciones -URSS, China- significaron para la experiencia de millones de hombres y mujeres. En todos los casos la participación de la mujer en la guerra popular rompió con su aislamiento y la hizo activa protagonista. Se volcó a la producción social, no sin lucha, por resolver la contradicción con el trabajo domestico y con el propio trabajo, pues si bien el constituye la primera tarea para nuestra emancipación, no es en si mismo liberador, sino en la medida que los trabajadores tengamos poder de planificación, control sobre los medios de producción, dictemos los reglamentos del trabajo y de distribución de bienes.





        

Declaracion de la UOC de Colombia sobre la situacion y emancipacion de la mujer