Los derechos humanos es uno de los temas movilizadores durante estos años; a través de ellos, repudiamos las aberraciones cometidas contra los pueblos, por las dictaduras burguesas y las guerras imperialistas. Condenamos la tortura y todas las prácticas que atentan contra los hombres y las mujeres. Cuando hablamos de Videla, lo encasillamos como el máximo exponente de las violaciones a los derechos humanos en nuestro país; cuando hacemos recuerdo de nuestros compañeros caídos, lo hacemos en ese escenario. Pero, ¿nos hemos preguntado si a ellos les hubiese gustado quedar en los recuerdos como victimas? o por el contrario, como caídos valientemente en combate. Circunscribimos sus dolores al atentado físico, y no al profundo significado de luchadores dignamente consecuentes. Cuando nos referimos a Jose Carlos Mariategui, por ejemplo, ¿lo hacemos como mártir de la tortura o del atentado contra su vida, como alguno de los tantos que sufrieron en sus derechos humanos, o hacemos recuerdo de sus actos como los de un revolucionaris que muriero creyendo en la liberación de los pueblos, como ejemplo de lo que es el hombre nuevo a seguir por la firmeza en sus convicciones? A ellos los revivimos, a nuestros compañeros, en cambio, los recordamos como lesionados, los buscamos entre los muertos y no como vivos ejemplos a seguir. Han quedado en nuestro presente como una simple reivindicación, que solo nos impulsa a luchar contra las violaciones a los derechos humanos, y no contra el sistema explotador que combatieron y en ese afán dieron todo lo que tenían. Vale en honor a ellos, reconsiderarlos como lo que realmente son: Camaradas, combatientes revolucionarios que creyeron en un mundo distinto y lo dieron todo para construirlo, al igual que todos los que aun están. Demos oído a sus gritos que no fueron de dolor, sino de Revolución. No hay que dar nuestros esfuerzos solo a repudiar la tortura, sino que a denunciar y combatir lo que la genera. Al enemigo no le podemos pedir que modere sus actos y no cometa excesos en su forma; porque el verdadero enemigo no solo maltrata el cuerpo, el enemigo es una clase que diariamente se enfrenta a ser derrotado o es expuesto al peligro, utiliza todos los mecanismos para detener el avance en su contra y ello es inevitable, es su lógica de ser; si nos tienen que matar, nos mataran, si nos tienen que sacar información a toda costa, lo harán; al igual que para obtener sus ganancias nos explotan como clase y también nos excluyen. Los derechos humanos, en última instancia, los han instaurado ellos, y los han puesto en nuestra boca que ya no grita revolución, liberación ni socialismo; sólo nos limitamos a “clamar justicia”, la buscamos para que nos la entregue nuestro enemigo, en sus tribunales, como si los culpables fueran realmente ajusticiados ahí. Aún presos los criminales, poco avanzamos en su derrota; no es un tema de hombres, sino de humanidad, de clase, y sólo habrá justicia -por igualar el término-, en la medida en que tengamos el poder y podamos comenzar a terminar con quienes nos arrebatan hasta nuestro aliento. Videla y sus esbirros, no sólo deben ser condenados por la historia, como autores de la violación humana contra algunos de nuestros compañeros, sino que deben ser condenados principalmente como el autor que propició las condiciones en la implementación y maduración del sistema económico monopólico imperialista; lo que los posesiona aún más como enemigos de clase, hecho que últimamente se nos está olvidando. Como está planteado hoy, el tema de los derechos humanos, se agota en un individuo particular, y de lo que se trata es de un pueblo herido; los derechos humanos se instauran en la titularidad de quien es el afectado, y los afectados somos todos, el titular del sufrimiento es el pueblo que fue y sigue siendo golpeado en toda su esencia de la forma más cruel y permanente. Los derechos humanos, entendidos desde una plataforma ideológica burguesa, nos lleva a reclamarlos de a uno, por temáticas divisibles (el derecho a la salud, integridad física, educación, etc.), como si la dignidad fuera divisible, confundiéndonos en luchas reivindicativas y parciales. Como revolucionarios, creemos que debemos generar la conciencia de que la dignidad humana nace sólo cuando se deja de ser un explotado, cuando se termina la existencia del capital que lo hace estar del otro lado, mientras tanto, sólo se podrá conseguir algunos beneficios, algunos derechos, pero nunca seremos un humano. Cuando hablamos de los esclavos y su dignidad, no pensamos sólo en su comida, en su salud, o en otra necesidad; sino pensamos en que había que liberarlos. Ahora, seguimos siendo esclavos, tenemos cadenas modernas que no somos capaces de ver, nos las ocultan en un discurso de libertad económica, pero el único e intransable derecho humano -si se quiere-, es el de ser seres humanos, y para ello, debemos liberar las cadenas de opresión, que es una sola, que nos tiene a todos en la misma condición; no portamos una cada uno, y por ello, la única forma posible de un mundo distinto, es una sola lucha, con una sola llave. Los derechos humanos hacen que creamos en la posibilidad de liberación individual, y con ello, no hacemos más que entregarnos e hipotecar nuestros sueños. Vivimos en una lucha de clases y para conseguir la dignidad que nos proponemos, debemos plantearnos como clase, no como humanos individuales, porque es la clase revolucionaria la única que puede revolucionar la sociedad, solucionando las contradicciones reales. Es fundamental retomar la idea de la lucha de clases, con todos los cambios que ha ido sufriendo en sus nuevas características de fase imperialista. Debemos entender que el tema de los derechos humanos está implementado en un contexto burgués, se enmarca dentro de los derechos subjetivos frente al Estado, cuyo titular es un individuo, y su campo de batalla es el Tribunal, como su contenido se lo da una ley, una norma o un tratado, y cuando “supuestamente logramos vencer”, los castigos se cumplen en una cárcel, que cumple con ciertas ventajas o desventajas, dependiendo de quien la ocupe. Una persona que se ve afectada en SU derecho humano recurre contra el Estado, (al mismo Estado-Tribunal, que es juez y parte). Ese Estado que determina que tenemos derecho a asociarnos, pero no contra el sistema porque ahí pasamos a ocupar la calidad de terroristas. Es cierto que nuestro pueblo vive en la miseria, como todos los pueblos bajo el yugo del capital, y ello está dentro de todos los pronósticos de un análisis de las contradicciones del sistema capitalista. Por ello, su agudización conduce al único camino: la Revolución. Pero hay que apostar a ello con claridad y firmeza; o se vive como un hombre digno o no se vive. Si bien hoy, la clase explotada tiene aparentemente más que perder que sus cadenas, en la realidad no tiene nada más que perder, un mundo por ganar y un planeta que salvar. ¡Por una justicia popular y revolucionaria! Cartilla de recomendaciones en caso de detención por averiguación de antecedentes
1) No es obligatorio llevar D.N.I, pero es mejor que lo tengas porque es la mejor excusa para la detención por averiguación de antecedentes.
2) La detención por averiguación de antecedentes no puede exceder las 6 hs, a partir de ahí se convierte en privación ilegitima de la libertad.
3) No te pueden esposar, ni llevar en un auto que no sea policial, quitarte los cordones o el cinturón, abrirte causa ni alojarte en el penal junto a procesados o penados.
4) No es obligatorio declarar en sede policial, pero si no poder negarte por miedo a las amenazas o las burlas, siempre ten en cuenta que esa declaración se puede cambiar ante el juez.
5) Si es posible pedile al medico policial que te examine y que se identifique.
6) Tenes derecho a hacer una llamada, ya que por averiguación de antecedentes no te pueden incomunicar, pero lo mas probable es que no la puedas hacer; por eso en ese momento es muy importante la participación de tus amigos y familiares, identificando el lugar de detención, concurriendo a la comisaría a preguntar sobre la causa de la detención y a cargo de que juzgado estas, o bien llamando inmediata y reiteradamente a la comisaría, de esta forma la policía sabe que hay gente que tiene conocimiento de tu detención. Si tener posibilidades comunícate con un abogado (aunque no es imprescindible).
7) En caso de requisa personal si te obligan a firmar el acta, poder poner al pie de la misma APELO, pero recorda que podes modificarla en sede judicial.
8) Sin orden de allanamiento te podes negar a que la policía ingrese a tu casa.
9) Si sos menor, la policía tiene la obligación de comunicarse INMEDIATAMENTE con tus padres y con el juez.
Libertad para Zhao Dongmin
El 18 de noviembre manifestantes en Brasilia se colocaron frente a la Embajada de China y exigieron la liberación inmediata del abogado chino Zhao Dongmin. La manifestación fue organizada por ABRAPO - Asociación Brasileña de Abogados Popular, AIDP - Asociación Internacional de Abogados Popular, Liga Operaria y CEBRASPO - Centro Brasileño de Solidaridad con los Pueblos. Los trabajadores, abogados y estudiantes de derecho mostraron el repudio total de la política fascista del gobierno de China para procesar y encarcelar a quienes luchan contra el régimen de esclavitud y el recorte a los derechos de los trabajadores a que estén sometidos en el país. Las consignas exigiendo "Libertad para Zhao Dongmin", gritadas en portugués y en Inglés, se hicieron eco en el sector de las Embajadas en Brasilia, el jueves, 18 de noviembre. Los manifestantes que se colocaron frente a la puerta principal de la Embajada de China en la Avenida de las Naciones, bloque 813, portaban dos grandes pancartas que llevaban la foto sellada del abogado chino Zhao Dongmin y carteles pidiendo su libertad inmediata. La manifestación de protesta contra la detención ilegal y contra la absurda condena a tres años de prisión impuesta al abogado chino Zhao Dongmin, fue organizado por ABRAPI, AIDP, Liga Operaria y CEBRASPO. Los trabajadores, abogados y estudiantes de derecho mostraron el repudio total de la política fascista del gobierno de China por procesar y encarcelar a quienes luchan contra el régimen de esclavitud y el recorte de derechos de los trabajadores. Mostrando la misma actitud arbitraria y autoritaria de su gobierno, y falta de preparación total para el ejercicio de funciones diplomáticas, el embajador chino en Brasil, Qiu Xiaoqi, se negó a recibir el documento preparado por los organizadores de la protesta. La actitud del embajador fue el detonante que motivo que la policía militar de inmediato acordonara la entrada de la embajada. Una delegación de representantes de convocantes se situó en la puerta de la embajada de China que permaneció cerrada todo el tiempo. Con el uso de un megáfono de gran alcance, los manifestantes realizaron una protesta, con discursos de apoyo y solidaridad con los Zhao Dongmin, con los trabajadores de China y el repudio del Estado chino fascista. Al final del acto el embajador se negó a recibir el documento de los convocantes pero los manifestantes colocaron el documento en el buzón de la Embajada. En este acto, se hizo hincapié en protesta vehemente contra la absurda e ilegal detención y condena del abogado Zhao Dongmin , y se reitero la demanda de trabajadores brasileños por su liberación inmediata; la declaración de su inocencia ; estricto castigo a los responsables de las falsas acusaciones que llevaron a su detención arbitraria e ilegal. Los manifestantes cantaron el himno LA INTERNACIONAL y una marcha hasta el final y se fue con la firme intención de encabezar la campaña para la liberación del abogado Zhao Dongmin por las universidades y centros de trabajo.