El legado del colonialismo en la África contemporánea
Tal vez una fecha simbólica sea un buen puntapié inicial. La escena se da en Berlín, el 15 de noviembre de 1884, allí aparecen los representantes del imperialismo alemán, austrohúngaro, otomano, ruso, belga, británico, sueco, danés, italiano, portugués y francés. Si bien el comercio de mercancías es un tema importante en la agenda, todos saben a que han ido: Deben delimitar la repartición de África. Los europeos buscaban mercados para sus productos. Hay una disputa, históricamente vigente, por la dominación de los ríos Congo y Níger. Cabe recordar que al trazar los confines de sus posesiones, a fines del Siglo XIX, los imperialismos no se interesaron por la homogeneidad cultural de los grupos humanos. Los mismos límites pasaron a ser en los años sesenta los correspondientes a los Estados-nación. Así, por ejemplo, los pueblos de lengua Kongo fueron dispersados en tres Estados, el Congo ex francés, el Congo ex belga y Angola (ex colonia portuguesa). La Gran Nigeria, al igual que otros países mas pequeños, reúne un mosaico de grupos heterogéneos (étnicos, tribales) a los que se les superpuso una estructura recolonizadora. En el contexto histórico actual, lo que hay en África es recolonización y no neocolonialismo. En la gran mayoría de los países africanos las exportaciones contemporáneas son las mismas que las de hace sesenta años, y los socios comerciales también. Un repaso mínimo de las políticas de organismos de credito internacionales como el FMI o el Banco Mundial para África, muestra un panorama que haría aparecer a las mismas recetas aplicadas en América Latina durante los noventa como algo benigno y conveniente. Es razón de los hombres y mujeres que luchan por la construcción del socialismo buscar y encontrar la mejor manera de gobernar y gobernarse. Lo que es bueno para la mayor parte de la población, es bueno para el país.
Ahora bien, la pregunta es: ¿pueden democratizarse países dominados desde el exterior? Para que haya democracia, es indispensable que la soberanía del pueblo sea verídica. Las poblaciones pierden confianza en los partidos creados para las elecciones del momento y, frente a las injusticias justificadas por las Fuerzas Armadas de sus respectivos países, las rebeliones armadas se vuelven una solución lógica para enfrentar a regimenes sin salida
El país africano en el que se pueden aplicar más adecuadamente los lineamientos propuestos por Marx es en Sudáfrica, donde surgió, en su momento, un genuino movimiento de masas de liberación nacional que rebasaba las fronteras tribiales y raciales. De todas maneras, el movimiento era mucho mas fuerte en unas tribus que en otras, por ejemplo los Zulus (vale recordar que el actual Presidente sudafricano, Jacob Zuma, es de origen Zulú). Las llamadas "movilizaciones nacionales" no son mas que alianzas tribiales momentáneas que los imperialistas saben explotar. Los poderes vigentes no dudan en utilizar los recursos del Estado para ganar la partida a través de costosas campañas, a menudo con la ayuda de "comunicadores" o asesores europeos, y parecen más preocupados por la opinión de los inversionistas que por la del pueblo. Los inversores - Instituciones Financieras Internacionales (IFI), Unión Europea, etc. - impusieron restricciones económicas. Lo que trajo aparejado un juego político insulso en el que los múltiples partidos disponían de una única opción macroeconómica, la de los Planes de Ajuste Estructural (PAE). Fagocitado, regateado y extravertido perdura el espacio político africano al que debe reconstruirse.
La tragedia ignorada: matanzas y hambrunas en el cuerno de África
El gran cuerno de África (región que comprende Sudan, Etiopia, Eritrea, Djibouti, Somalia, Kenya y Uganda) es la zona de conflictos mas candentes del mundo, donde unas 70 millones de personas, aproximadamente el 45% de la población, viven en la pobreza extrema, desangrados al ritmo de guerras tribiales, luchas por recursos naturales y enfrentamientos religiosos. Mientras tanto, el imperialismo estadounidense mantiene relaciones diplomáticas con autócratas y ha favorecido las acciones militares encubiertas de los mismos. Incluso ha llegado a agasajar en el Pentágono a funcionarios sudaneses ideólogos de las masacres de Darfur y entrego valijas de dinero a jefes militares que operan en las calles de Mogadisco, Somalia. Hoy día, dos bloques de conflictos tienen en jaque a los pueblos: el primero se centra en rebeliones interrelacionadas en Sudan, entre ellas las de Darfur y el sur del país, y abarca Uganda, Chad oriental y el noreste de la Republica Centroafricana. Los principales actores son el gobierno sudanés, con Omar Hassan Al Bashir a la cabeza, que apoya a los rebeldes en estas naciones vecinas, y esos Estados, que apoyan a milicias sudanesas que se oponen al gobierno. Al Bashir es un General que llego al poder mediante un golpe de Estado en 1989. Se propuso eliminar a aquellos que en Jartum o en las afueras de Sudan puedan amenazar su poder. Para lograr ese objetivo promovió conflictos entre grupos étnicos del país y la región hasta lograr una polarizacion de grupos aliados a su gobierno, a los que llama "Árabes" y los tres grupos étnicos a los que percibe como sus enemigos: los Fur, los Masalit y los Zaghawa, a los que etiqueta peyorativamente de "Africanos". Igualmente los ataques ordenados por Al Bashir no se basan, pues, en razones étnicas, su objetivo es controlar el poder y su táctica es la confrontación de estos grupos entre si. Desde que obtuvo su independencia en 1956, Sudan, el mayor país de la región, se vio envuelto en una serie de guerras civiles que enfrentaban a gobiernos dominados por los árabes de Jartum con facciones armadas del resto del país. El Partido del Congreso Nacional (PCN) ha armado y adiestrado milicias étnicas y les ha garantizado impunidad por atrocidades masivas perpetradas contra civiles sospechosos de apoyar a sus opositores. En el sur, la guerra civil de 21 años entre Jartum y el Ejercito de Liberación del Pueblo de Sudan (ELPS) es el segundo conflicto mas mortífero de la historia del continente, detrás de la guerra civil en el Congo. El PCN creo el grupo paramilitar "Ejercito de Resistencia del Señor", que opera en el norte de Uganda y es el respaldo de Sudan para castigar al gobierno ugandés por apoyar al EPLS durante los ultimos años. El segundo bloque estra en Somalia e involucra a Etiopia, Eritrea y el noroeste de Kenya. Somalia, único país en el mundo sin un gobierno funcional, esta acéfala desde 1991, cuando Muhammad Siad Barre, un títere de los Estados Unidos, fue derrocado por una rebelión militar. Los jefes militares se hicieron fuertes en diversos centros urbanos. El General Mohamed Farrah Aidid encabezo el Congreso Unido Somalí (CUS) en lucha contra los seguidores de Siad Barre. Los imperialistas estadounidenses intervinieron directamente en el conflicto bajo la bandera de las Naciones Unidas, retirándose en 1995. Aidit se autoproclamo Presidente de Somalia, sin embargo al año siguiente moriría en un tiroteo. Las Fuerzas de Operaciones Especiales de los Estados Unidos en relación directa con la CIA organizaron el enfrentamiento que acabo con la vida de Aidit. En2004 con el impulso de un organismo regional llamado "Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo", se formo un cuerpo débil conocido como Gobierno Federal de Transición, con sede primero en Kenya y mas tarde, a mediados de 2005, en la ciudad somalí de Baidoa. Entre tanto, islamistas habían establecido en la capital, Mogadisco, y sus alrededores, once tribunales con respaldo de milicias. La lucha por el dominio se acerco a su culminación a mediados de 2006, cuando los tribunales islámicos derrotaron a los jefes militares y extendieron su influencia a gran parte del país. El gobierno de Etiopia, entre tanto, cada vez más preocupado por la creciente influencia islámica, ordeno una invasión a fines del 2006. Etiopia y Somalia han tenido tres guerras entre 1960 y 1978. Mogadisco ha albergado a Al-Iti-Haad Al-Islamiya, organización islámica que planto varias bombas en Etiopia, lo cual impulso al gobierno etiope a cruzar la frontera y destruir al grupo y sus campos de entrenamiento. Los islámicos han dejado claro que pretenden incorporar parte del territorio etiope a una Somalia ampliada. Aun asi, persisten varios dominios no reconocidos internacionalmente que luchan por separarse de Mogadisco y proclamarse independientes; tal es el caso de Puntland, Maakhir y Somailandia. Este ultimo posee sus propios símbolos y tiene su propia moneda denominada Chelín somailandes.